Es un contrato que tiene por objetivo el arrendamiento de bienes muebles o inmuebles, por parte de una empresa arrendataria, a un tercero para una posterior adquisición al término del contrato (en el caso del leasing financiero) o para el goce y comercialización de un bien (en caso de leasing operativo). Dicho arrendamiento es pactado en cuotas periódicas las que generalmente se deducen de los impuestos.

▪ Se puede financiar el 100% de los activos.
▪ La empresa adquiere mayor liquidez.
▪ Permite la flexibilidad al cliente para adaptar los pagos de acuerdo a sus necesidades y
flujo de caja.
▪ No requiere pago inicial.
▪ La renovación tecnológica de los activos se puede llevar a cabo con mayor rapidez.

Conoce más acerca del leasing financiero.

▪ Permite redireccionar el presupuesto destinado a la adquisición de activos en otras áreas estratégicas que requieran inversión para su desarrollo y mejoramiento continuo.
▪ Favorece la rentabilidad de la empresa y disminuye los gastos administrativos y gestiones operativas que genera un activo.
▪ Permite a la empresa adecuarse a las innovaciones tecnológicas impuestas por el mercado evitando así invertir tiempo en venta de maquinarias o equipos y la obsolescencia de los mismos.
▪ La cuota de arriendo no aparece en el balance corporativo, lo que disminuye considerablemente los indicadores financieros de deuda.
▪ Al externalizar las áreas que no son parte del negocio principal de la empresa potencia al máximo el desarrollo de su giro principal, ya que no debe financiar con sus propios recursos la adquisición de activos, posibilitando así el aumento de los volúmenes de producción y la eficiencia operativa.

Conoce más acerca del leasing operativo.